¿Te defraudaron? ¡No le des lugar a la frustración!
«He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.» (Génesis 28.15)
¡Detengamos la marcha por unos instantes! ¡Calmémonos un poco! ¡No le demos lugar a la frustración! ¡Dios está a nuestro lado para ayudarnos y llenar de paz nuestro corazón!
Es cierto: cuánto duele que defrauden nuestra confianza, cómo molesta ser engañados por quienes amamos, cuánto entristece no lograr lo que deseamos, cómo debilitan nuestra autoestima las palabras hirientes, cuánta soledad genera la incomprensión, cómo se sufre cuando se padece el maltrato…
Aunque todavía somos jóvenes, ya hemos experimentado esas realidades en nuestras relaciones interpersonales. Nos hemos dado cuenta de que la vida humana está llena de complicaciones y desafíos. ¡Pero es un regalo de Dios que podremos disfrutar a pleno si permitimos que él dirija nuestros pasos!
Sea cual fuere la situación en que nos encontremos o el sentimiento que tengamos en este instante, no dudemos en hablar con nuestro creador y expresarle todo lo que sentimos. Algunas personas prefieren darse por vencidas y entonces toman decisiones equivocadas que terminarán perjudicándolas.
Dios nos formó en el vientre de nuestra madre. Permitió que naciéramos. Conoce quién somos, qué pensamos y qué hacemos. Y en cada etapa de nuestra vida estará junto a nosotros para abrazarnos, darnos fuerzas y ayudarnos a disfrutar una vida en plenitud.
¡Ánimo! ¡Sigamos adelante!
Sumérgete:
Busquemos pronto la ayuda de Dios y no permitamos que la tristeza o la frustración controlen nuestra vida.